El sábado Oklahoma fue sacudido por el mayor terremoto registrado en el Estado con magnitud de 5,6.
Aunque el sismo causó pocos daños, asustó a muchas personas que están acostumbradas a tornados, pero no a terremotos. El movimiento se sintió tan lejos como en Washington, DC y Carolina del Sur, a 1.600 kilómetros de distancia (Reuters, 6 de noviembre del 2011).