El Papa, los tatuajes y la Biblia

En recientes declaraciones, el Papa Francisco exhortó a las personas a no “asustarse” con los tatuajes. Afirmó: “Con los jóvenes, uno no debe asustarse nunca. Nunca. Porque siempre, incluso detrás de las cosas que no son tan buenas, hay algo que nos hará llegar a alguna verdad” (The Independent, 21 de marzo de 2018). Exhortó a sus oyentes a utilizar elementos comunes de la sociedad, como los tatuajes, para conectarse con los jóvenes y utilizar los tatuajes como un vehículo para traerlos a la “verdad”. Los comentarios del Papa hacen eco de las enseñanzas de los demás líderes católicos. Robert Lukosh de la Arquidiócesis de Portland escribió en Envoy Magazine: “El arte corporal como una forma de adorno, que es ordenado para el bien de la persona y la humanidad, si observa la modestia y evita la vanidad, y si respeta los principios fundamentales de la integridad de la persona humana, incluyendo la integridad del cuerpo, puede ser moralmente permisible” (Catholic News Agency).

Pero, ¿son los tatuajes moralmente permisibles para los cristianos porque los líderes religiosos dicen que pueden ser utilizados para conectarse con los jóvenes y traerlos a la verdad? ¿O tiene la Biblia algo más que decir sobre el tema? Las Escrituras realmente dicen en Levítico 19:28: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo el Eterno”. Cuando Jesús oró al Padre dijo: “tu palabra es verdad” (Juan 17:17); y el apóstol Pablo dijo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). La Biblia también establece que Dios no cambia de opinión para adaptarse a los tiempos (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8). Si bien los líderes religiosos pueden utilizar el razonamiento humano para justificar prácticas contemporáneas, tal razonamiento es contrario a lo que la Biblia revela. Para comprender mejor por qué Dios inspiró esta clara instrucción sobre poner marcas en nuestros cuerpos, lean el comentario “¿Arte corporal o profanación?”