Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
La Biblia es el libro que más se ha distribuido en el mundo. Para muchos es uno de los que encierra más misterios y es más difícil de entender. Sin embargo, ¡provee la información más extraordinaria y reveladora que el mundo haya conocido! En este artículo proponemos siete claves que nos ayudarán a descubrir los misterios de la Biblia.
En el mundo se venden cada año alrededor de cien millones de ejemplares de la Biblia. Sin embargo, este libro continúa siendo un misterio para la mayoría. ¿Hay alguien que realmente comprenda la Biblia?
Incluso entre los religiosos está decayendo el conocimiento de la Biblia. Una encuesta realizada en el 2017 entre afiliados a la Iglesia de Inglaterra reveló que el 60 por ciento de ellos jamás leían la Biblia.
Cuando una nación lee la Palabra de Dios y aplica sus preceptos, esa nación prospera. El enorme descuido de la Biblia y sus enseñanzas continuará generando la decadencia moral… y finalmente la destrucción de las naciones.
Daniel Webster, gran estadista estadounidense, hizo esta advertencia acerca del futuro de su nación: “Si algo hay digno de encomio en mi pensar o en mi formación, el merecimiento es de mis padres por inculcarme desde temprana edad el amor por las Escrituras. Si nos regimos por los principios enseñados en la Biblia, nuestro país seguirá prosperando; pero si nosotros y nuestra posteridad desatendemos sus instrucciones y autoridad, ningún hombre podrá saber cuán repentinamente vendrá una catástrofe a abrumarnos y a sepultar toda nuestra gloria en una profunda oscuridad” (Halley’s Bible Handbook, pág. 18).
Quienes habitamos en el mundo occidental debemos tomar muy en serio la advertencia de Webster. Debemos estudiar la Biblia y regirnos por ella. Como dijo Jesús: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4). Solamente la obediencia y el amor a la Palabra de Dios pueden conducir a la prosperidad moral y nacional.
¿Ama usted la Biblia? El célebre rey David expresó así su amor por las Escrituras: “Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). ¡Todos necesitamos esa lámpara y su luz!
¿Cómo podemos beneficiarnos del estudio de la Palabra divina? Primero, ¡debemos entender que la Biblia contiene el mensaje más importante del mundo! Es el único libro que revela el sentido y propósito de la vida. Ofrece principios para el verdadero éxito, la realización personal y la felicidad. Explica por qué nuestro mundo se encuentra sumido en la confusión y el peligro. Sus profecías revelan el futuro, incluido el venidero Reino de Dios en la Tierra. La Biblia nos dice cómo prepararnos para los grandes sucesos que se avecinan. Nos enseña a llevarnos bien con el prójimo tal como Dios manda. Y revela el camino a la vida más allá de la muerte: la vida eterna.
No podemos darnos el lujo de vivir sin las increíbles verdades espirituales y los beneficios que la Biblia nos ofrece.
Hace casi 20 años, el erudito Gary M. Burge destacó el papel vital que cumplen las Escrituras en el discernimiento entre la verdad y el error. En un artículo publicado en la revista Christianity Today, nos recordó: “Desatender este recurso al ignorar la Biblia, es eliminar la principal autoridad sobre la cual se edifica nuestra fe. Nos deja vulnerables, incapaces de juzgar las enseñanzas de quienes nos invitan a seguirlos”.
¡Debemos afirmarnos en las verdades sólidas y fundamentales! No nos atrevamos a “eliminar la principal autoridad sobre la cual se edifica nuestra fe”. La solución al problema es obvia: ¡Leer y estudiar la Biblia!
¿Cuándo fue la última vez que usted abrió la Biblia? Si lee con frecuencia esta revista, quizá fue hace pocos minutos. Pero según las revelaciones de una encuesta tras otra, ¡este hábito se hace cada vez menos frecuente! Todos debemos leer la Biblia diariamente. Las verdades bíblicas y el conocimiento de la Biblia contribuyen a forjar una mente sana… ¡y el mundo necesita hombres, mujeres y niños de carácter sano y buena salud mental!
La Biblia es un depósito de tesoros de alto valor. ¿Cómo podemos cosechar los tesoros que esta encierra? En relación con la sabiduría, la Biblia nos promete: “Si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor del Eterno y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Eterno da la sabiduría y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Proverbios 2:4-6).
En este artículo vamos a considerar siete claves básicas que nos ayudarán a descifrar y comprender los misterios de la Biblia. Estas nos permitirán adquirir la sabiduría de Dios. Podremos entender más claramente el asombroso plan que el Dios Creador tiene para toda la humanidad, sirvámonos de estas claves para descubrir las verdades vitales de la Biblia, ¡que muy pocos entienden!
Muchos no comprenden la Biblia porque desechan los primeros 39 libros: el Antiguo Testamento. Sin embargo, cuando Jesús citaba las Escrituras, lo que citaba era el Antiguo Testamento. Durante su tremenda batalla espiritual contra Satanás en el desierto, Jesús citó Deuteronomio 8:3 al decir: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4). Esa profunda verdad es absolutamente fundamental para la felicidad de los seres humanos… ¡y para su vida eterna!
El apóstol Pablo, en carta al joven Timoteo, habló de la fe auténtica que veía en su abuela Loida y su madre Eunice. Estas dos mujeres virtuosas habían instruido a Timoteo en las Escrituras desde su niñez. ¿Y de cuáles Escrituras se trataba? ¡Los primeros 39 libros de la Biblia! El Nuevo Testamento no se había escrito todavía. El apóstol Pablo le recordó a Timoteo: “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). Timoteo pudo entender la salvación por medio de las Escrituras del Antiguo Testamento y por aceptar a Jesucristo como su Salvador.
La Biblia es un libro completo. Comienza con el libro del Génesis y termina con el libro del Apocalipsis. Y Dios nos da esta advertencia: “Testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18-19). Debemos mantenernos cautelosos ante cualquiera que nos diga que hay algún otro libro que “forma parte oculta de la Biblia” o que es “necesario para comprender la Biblia”.
No olvidemos que cuando Jesús nos enseñó los dos grandes mandamientos en Mateo 22:37-39, ¡los citó del Antiguo Testamento! El primer gran mandamiento: “Amarás al Eterno tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”, se encuentra en Deuteronomio 6:5. El segundo gran mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, viene del Levítico 19:18. Jesús no se estaba inventando algo nuevo cuando dio estos mandamientos. ¡Son preceptos del Antiguo Testamento y son mandamientos de Dios!
La verdad es que no podemos entender el plan de Dios si no estudiamos toda la Biblia como la Palabra de Dios. Para entender la Biblia, es preciso leer tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento.
La Biblia es el regalo de Dios para toda la humanidad. ¿La tenemos como un tesoro, como debiera ser? Si es así, ¡debemos estudiarla con regularidad! Abraham Lincoln declaró lo siguiente respecto de la Biblia: “Creo que la Biblia es el mejor don que Dios haya dado jamás al hombre. Por medio de este libro se nos comunica todo el bien del Salvador del mundo” (Halley’s Bible Handbook, pág. 18).
Como la Biblia se terminó hace unos 1.900 años, muchos piensan que no puede tener importancia para nosotros. ¡Este concepto es errado! Tal como se ha demostrado en esta revista a lo largo de los años en decenas de artículos, la Biblia no solo es actual, sino que sus profecías revelan el futuro de la humanidad y nuestro extraordinario destino. La buena noticia es que los seres humanos no vamos a destruirnos del todo. Jesucristo regresará en el momento de mayor peligro en la historia humana para salvarnos de nosotros mismos. Así es: nosotros esperamos el fin del “presente mundo malo” (Gálatas 1:4), el fin de esta era y el comienzo de una era nueva, que los colaboradores de esta revista llamamos el mundo de mañana. Jesús dijo: “Será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). ¡El evangelio del Reino de Dios siempre es importante!
Investigaciones recientes han encontrado que más del 65 por ciento de los encuestados consideran que la Biblia “responde a todas o a la mayoría de las preguntas básicas de la vida”. Efectivamente, la Biblia es de actualidad. ¡Ya que responde a las preguntas fundamentales de la vida!
En su análisis del estado de la Biblia en el 2017, la organización Barna informó: “La abrumadora mayoría de los hogares en Occidente poseen por lo menos una Biblia (87 por ciento), proporción que ha permanecido relativamente sin cambio desde el 2011”. Más aún: la poseían incluso la mayoría de hogares que miraban la Biblia con hostilidad o escepticismo (respectivamente 62 y 67 por ciento).
Si alguna persona atea está leyendo este artículo, la invito a que abra la Biblia, si la tiene, ¡y simplemente la lea! Creo que se sorprenderá al ver los preceptos sencillos y sólidos para una vida de éxito que en ella se encuentran. ¿Tiene dudas sobre Jesucristo? Empiece a leer el libro de Mateo, después lea las otras tres versiones de su vida en el planeta Tierra (Marcos, Lucas y Juan). Lea el testimonio presencial y la evidencia con mente abierta. Y si vive en uno de esos hogares que poseen tres Biblias o más, anime a cada miembro de la familia a leerla. ¡Puede cambiar su vida profundamente para bien!
Esta clave ha sido tema de publicaciones anteriores y su importancia es vital. Entre un cuarto y un tercio de la Biblia es profecía. Pero ¿cómo entender el lenguaje simbólico que suele emplear? Por ejemplo, en los libros de Daniel y Apocalipsis abundan las imágenes misteriosas que muy pocos comprenden. Pero, si conocemos este principio vital: que la Biblia se interpreta a sí misma, ¡sí podemos entenderlas!
En publicaciones anteriores, hemos presentado ejemplos del simbolismo empleado en el libro del Apocalipsis. Notemos las estrellas mencionadas en Apocalipsis 1:20; estas representan los ángeles de siete iglesias. Las siete lámparas representan las siete iglesias. En Apocalipsis 17, leemos que el apóstol Juan tuvo visiones de una ramera cabalgando sobre una bestia. Juan escribió: “Vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos” (v. 3). Se le llama “misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (v. 5). El versículo 6 declara que esta mujer persigue a los cristianos verdaderos.
¿Cómo debemos entender todo esto? Los versículos que siguen nos dan el significado de los símbolos. El versículo 12, por ejemplo, revela el sentido de los diez cuernos de la bestia: “Los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia”. Y el versículo 18 nos dice: “La mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la Tierra”. ¿Cuál ciudad es esa? Para aprender más sobre esta asombrosa profecía y su importancia en nuestros días, le invitamos a solicitar un ejemplar gratuito de nuestro folleto titulado: La bestia del Apocalipsis: ¿Mito, metáfora o realidad inminente? Escriba a nuestra oficina regional más cercana a su domicilio, vea la lista en la página 2 de esta revista, o visite el sitio en la red: www.elmundodemañana.org para leer el folleto en línea o pedir que se le envíe un ejemplar gratuito por correo.
En ocasiones, la Biblia emplea cierta palabra simbólica sin incluir su explicación allí mismo o en el versículo próximo. Cuando ocurra esto, siga la clave 4:
Muchos estudiosos y aun eruditos de la Biblia que no utilizan esta clave terminan creyendo doctrinas falsas y engañosas. Tomemos, por ejemplo, la controversia sobre “la ley o la gracia”. ¿Acaso la gracia de Dios significa que un cristiano puede llevar una vida de pecado y desobedecer tranquilamente a su Salvador? ¡Claro que no! Como dijo Jesús: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17). Enseguida, Jesús nombró varios mandamientos del decálogo.
Recordemos que la Biblia no se contradice. Jesús dijo que “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35). La gracia de Dios no nos da licencia para transgredir la ley de Dios. El apóstol Judas advirtió acerca de los falsos maestros que “convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios” (Judas 4). El diccionario bíblico Anchor dice: “Pablo aclaró que la gracia de Dios trae liberación del pecado y no libertad para pecar”. Esto se lee claramente en Romanos 6:1-2.
Algunas personas al leer la Biblia superficialmente, toman Efesios 2:15 como si dijera que los diez mandamientos de Dios y su ley moral están abolidos para el cristiano. Este versículo dice: “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”. Si leemos el versículo atentamente, vemos que la palabra traducida como “ordenanzas”, que en griego es dogma, se refiere a las leyes ideadas por hombres y que muchos judíos en tiempos de Jesús citaban para causar división entre ellos y los gentiles. El principio es que estudiemos todas las referencias bíblicas sobre un tema a fin de entenderlo realmente. Como Mateo 5:17 y Romanos 3:31 enseñan que la venida de Cristo no alteró la norma moral de Dios expresada en la ley del Antiguo Testamento, lo que sí queda abolido aquí probablemente sea el efecto de los mandamientos y reglamentos específicos que separan a los judíos de los gentiles cuyo incumplimiento de la ley judía los hace ritualmente inmundos.
Recordemos nuestra primera clave para descifrar la Biblia: La Biblia es un libro completo. Lo que mencionamos en el párrafo anterior de que “Cristo no alteró la norma moral de Dios” concuerda con este principio, reconociendo que Cristo no abolió, sino cumplió, la misma ley que Él, como Dios del Antiguo Testamento, había proclamado (Éxodo 20; 1 Corintios 10:1-5).
Es necesario estudiar los pasajes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento en la Biblia. Luego, para estar seguros de que captamos correctamente las verdades bíblicas, cerciorémonos de que hemos entendido todos los pasajes de las Escrituras sobre el tema que estamos estudiando. Cuando hacemos esto con diligencia y sinceridad, encontramos a menudo que las enseñanzas convencionales sobre un tema no concuerdan con lo que la Biblia realmente enseña.
Cuando estudiemos todos los pasajes sobre un tema, vayamos un poco más allá. Leamos todos los pasajes en torno al versículo que estamos estudiando. Por ejemplo, hay quienes piensan erróneamente que el concilio realizado en Jerusalén en Hechos 15 abolió los diez mandamientos para los gentiles. Pero notemos la decisión del apóstol Santiago: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre” (Hechos 15:19-20).
¿Acaso los apóstoles dejaron a los gentiles en libertad para cometer otros pecados cuando plantearon estas cuatro prohibiciones? ¿Podrían quebrantar el mandamiento que dice: “No matarás” o el que dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”? ¡De ninguna manera! Los apóstoles jamás anularon la ley espiritual de Dios. Para entender esto, es necesario leer y realmente comprender el contexto de estos versículos. ¿Cuál era el asunto principal que se discutía? “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos” (Hechos 15:1).
El tema de discusión en Hechos 15 era la circuncisión. El concilio en Jerusalén decidió que los gentiles no tenían necesidad de circuncidarse para recibir la salvación. Más tarde, el apóstol Pablo dirigió estas palabras a los gentiles de Corinto: “La circuncisión nada es y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios” (1 Corintios 7:19).
¿Es acaso lo anterior un reto a sus ideas preconcebidas de lo que significa este versículo? Demasiados predicadores evitan las explicaciones claras de las Escrituras para concentrarse en perspectivas emocionales y devocionales que resultan incompletas. En el artículo que citamos antes de Christianity Today, el erudito Gary M. Burge agregó: “La explicación histórica se está convirtiendo rápidamente en un arte perdido en el púlpito. En vez de explicar el medio histórico del pasaje, los textos se convierten en puntos de partida para reflexiones devocionales. El predicador saca los pasajes bíblicos de su contexto y busca aquellas historias que evoquen la reacción o las actitudes deseadas”.
Procure entender el contexto leyendo todas las escrituras en torno a los versículos que esté estudiando. Aplicando esta clave para entender la Biblia, puede evitar la trampa que describe Burge.
A menudo invitamos a nuestros lectores a que abran la Biblia y verifiquen lo que escribimos. No dé por un hecho lo que se publica en esta revista. Léalo usted mismo en la Biblia. La exhortación para los cristianos es esta: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21).
Veamos la actitud de los de Berea, que recibieron palabras de encomio por su actitud positiva y su disposición a investigar mientras leían las Escrituras. “Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
Una forma de examinar o probar las cosas es practicar los principios y preceptos de la Biblia. Jesús dijo que viviéramos conforme a lo que dice la Biblia, de “toda palabra de Dios”. Dijo: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). Usted puede examinar y experimentar la Biblia poniendo en práctica sus instrucciones. Es así como se adquiere buen entendimiento. Leemos que “el principio de la sabiduría es el temor del Eterno; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmos 111:10). Quizás usted ha oído a algún maestro hablar de “aprender haciéndolo”. Es un principio que también se aplica a la vida cristiana.
Esta clave es el fundamento sobre el cual descansan las seis primeras. La Biblia enseña que necesitamos tener una actitud de querer aprender. El célebre rey David fue un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22). Notemos su actitud de querer aprender cuando oró pidiendo entendimiento: “Muéstrame, oh Eterno, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación. En ti he esperado todo el día” (Salmos 25:4-5).
Acuérdese de pedir entendimiento mientras lee y estudia la Biblia. Pida también la guía de Dios. Él bendice a quienes respetan las Escrituras y sienten reverencia por su Santa Palabra. El Dios Todopoderoso declara: “Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2).
La Biblia es el libro más importante del mundo. Si usted ha descuidado la lectura de la Biblia, es hora de cambiar. Léala diariamente. Si su actitud es correcta, será muy bendecido y su vida cambiará. Como dijo Jesús: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63).
La Biblia no es un libro solamente para hoy. ¡también es el libro del futuro! Por eso, declaró Jesús: “El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lucas 21:33). Demos gracias a Dios porque ha compartido con nosotros su impresionante verdad espiritual y el propósito mismo de la vida. [MM]