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Apreciados suscriptores de El Mundo de Mañana:
¡Desde Charlotte, Carolina del Norte, reciban un afectuoso saludo! Nuestro mundo se caracteriza por una verdaderea explosión de conocimientos, pero al mismo tiempo, es un mundo que carece de comprensión. Los conocimientos sobre ciencias y tecnología avanzan a un ritmo vertiginoso, pero la humanidad ignora el conocimiento más importante: el propósito de la vida. ¿Por qué nacimos? ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?
La red informática mundial o internet, ha difundido información sobre prácticamente todo. Allí cualquiera puede mirar videos increíbles sobre animales, desde un pájaro que utiliza un trozo de pan para atraer peces y pescarlos, hasta un conejo que le gana a una culebra. Si le preguntamos a Google, tendremos una respuesta en segundos. Si preguntas: “¿Cuál es el propósito de la vida?” Encontrarás: 16 posibles respuestas de 16 personas inspiradoras, 7 señales de que usted no lo está realizando y el propósito de la vida no es ser feliz, sino ser útil. Aparecen respuestas de revistas de psicología, revistas sobre el éxito y el Dalai Lama; pero ninguna de ellas concuerda con el propósito dado en el libro que más se ha publicado en toda la historia: el libro que conocemos como la Biblia. ¡Cuán pocos que la leen saben lo que enseña sobre el tema! Claro, muchos creen que saben, pero, ¿sí lo saben? ¿Lo sabe usted? ¿Cómo puede estar seguro?
Hace algunos años hablé ante un auditorio nutrido sobre la brevedad de la vida. En la juventud creemos que viviremos para siempre, pero un día nos despertamos preguntando: “¿Adónde se fueron los años?” No es que ignoráramos intelectualmente que un día seríamos ancianos, pero la edad avanzada parecía cosa de un futuro lejano.
En el sermón dividí la vida en cinco partes de 16 años cada una, para un total de 80; poquito más que la esperanza de vida usual en nuestros días. Luego ilustré el punto con ayuda de cinco bananas (ese día no tenía manzanas). A los 16 años no vemos el momento de cumplir 18 o 21 para que nos consideren adultos, pero a los 16 hemos consumido una de las cinco bananas; y bastará vivir otro tanto para llegar a los 32, punto en el que faltará solo media banana para llegar a la mitad del camino hacia los 80.
El punto de todo esto es que la vida realmente es corta, y cuantos más años cumplamos, más parece acelerar. Nos encontramos en un tren imaginario que va cuesta abajo siempre acelerando; y no hay nada que podamos hacer para detenerlo, ni siquiera para frenarlo un poco. El final llegará y lo inevitable está a la vista.
Muchos de quienes leen esto van en su cuarta, o aun en su quinta y última banana; y podríamos decir que si tienen más de 80 años, están viviendo de bananas prestadas. No es por ser macabro ni por tomar el asunto a la ligera. Algunos pensarán que habrían podido pasarse de este recuerdo que para muchos resulta bien deprimente. Sin embargo, hay una razón para seguir este orden de ideas.
En mi calidad de director, me dirijo dos veces al año a todos nuestros suscriptores de El Mundo de Mañana para mantenernos en contacto, y ofrecer algún recurso gratuito que podría serles interesante y provechoso. Del programa El Mundo de Mañana, queremos poner a su alcance un video que lleva como título: ¿Adónde iremos después de la muerte? ¿Acaso no es la más importante de todas las preguntas? ¿No va al meollo del tema sobre el propósito de la vida de cada uno de nosotros? Está disponible en el siguiente enlace: www.youtube.com/watch?v=FJnrMg-uJlw.
La muerte es aun más inevitable que los impuestos, si bien algunos discreparán en que la muerte sea “más inevitable”. El hecho es que todos moriremos. ¡Usted y yo también! Evadir el tema no lo hará desaparecer. Además morimos y después ¿qué? Habrá discrepancias también respecto de lo que hay después de la muerte, pero nadie disputa que, o volveremos a vivir, o no. No hay un término medio.
¿Por qué será, estimado suscriptor, que muchos temen explorar esta pregunta, siendo ella la más importante de todas? Para los creyentes en la evolución, la idea de una obra creada sin un Creador, la respuesta es sombría: una oscuridad negra y eterna. ¿Cómo es posible que evolucionara la vida después de la muerte en el proceso de evolución? Realmente, la vida más allá de la muerte sería una imposibilidad sin una potencia superior que la hiciera ocurrir, para muchos más vale no pensar en eso. Y a la misma conclusión llegan muchos que son nominalmente religiosos. La fe en Dios es débil en nuestro mundo, y por eso resulta incómodo pensar en el tema... y pasando a otra cosa, “¿a qué hora es la semifinal de fútbol?”
Si de hecho hay una potencia superior que nos creó, la vida después de la muerte resulta al menos posible, pero lógicamente, aunque haya una potencia superior, eso no garantiza que podamos vivir de nuevo. Sin embargo, al menos abre la posibilidad. Al fin y al cabo, si un Creador nos hizo, ¿por qué no podría crearnos de nuevo? Es algo que vale la pena ponderar.
Evidentemente, la vida después de la muerte no es un tema para las ciencias ni para la filosofía. Es un tema que podría responderse únicamente en el ámbito de la religión, pero la religión no ha sido muy provechosa, ya que no todas las religiones están de acuerdo sobre el punto. Unas enseñan que tenemos un alma inmortal, y que continúa viviendo después de la muerte, sea en la dicha celestial o sea en un infierno de ardiente tortura. Por otra parte, el Cielo y el infierno también son conceptos que varían de una religión a otra. Unas pintan el panorama de un Cielo habitado por mujeres hermosas que nos ofrecen racimos de uvas en sus bellas manos. Otras enseñan que el Cielo consiste en contemplar el rostro de Dios en un estado de dicha eterna. Algunas religiones hablan de “recibir nuestras alas” y sentarnos en las nubes tocando arpa. Otras piensan que regresaremos a la Tierra como un ser superior o inferior, en una reencarnación o transmigración del alma.
El programa de El Mundo de Mañana que mencionamos da respuestas claras a la pregunta: “¿Qué nos sucede al morir?” Basado en las páginas de la Biblia. No es lo que piensa la mayoría. Lamentablemente, son pocos los que abren la Biblia y estudian el tema con seriedad. La mayoría se aferra a tradiciones ideadas por hombres, tal como las recibieron de sus padres y sus maestros religiosos; si bien es patente la falta de unanimidad aun dentro de las enseñanzas religiosas del hombre, e incluso de los diferentes credos cristianos. Pese a todo, quien desee hacer de lado las tradiciones humanas, y leer lo que la Biblia realmente dice, encontrará en ella claridad sobre el tema.
Si usted se cuenta entre quienes desean adquirir un conocimiento verídico sobre este tema vital, y si no teme descubrir la respuesta verdadera, le invitamos a que se tome el tiempo de mirar el video: ¿Adónde iremos después de la muerte?
Atentamente, en el servicio de Cristo,
Gerald E. Weston