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Nuestro mundo está cambiando… más rápidamente de lo que usted lee esta revista. ¿Cuál será el desenlace? La respuesta sorprendente es ¡que estamos avanzando hacia un mundo de paz! Pero no nos adelantemos al futuro inmediato. El período que viene ahora no será agradable. Antes de la era de paz vendrá una nueva época oscura.
Los Estados Unidos continúan siendo la primera potencia del mundo, pero esto no será para siempre, aunque muchos estadounidenses se sorprendan al oírlo. Ningún imperio ha durado para siempre. Podemos imaginarnos que los ciudadanos de las civilizaciones de antaño también pensaban que sus gobiernos permanecerían. La inexpugnable ciudad de Babilonia cayó en una noche ante los medos y los persas, y con ella cayó todo un imperio. Nadie lo previó. El Imperio Persa cayó ante la osadía conquistadora de Alejandro Magno, pero ese Imperio Grecomacedonio sucumbió a su vez ante el poderío del nuevo Imperio de Roma. Finalmente, y como es bien sabido, el poder y dominio de Roma llegó a su fin. Hay muchos en el mundo que desean ver la caída de los Estados Unidos, pero no se imaginan quién llenará el vacío ni cuáles serán las consecuencias.
El mundo actual está viendo surgir partidos populistas de derecha. El populista AfD (Alternativa para Alemania) es el tercero en tamaño entre los partidos políticos alemanes y hace pronunciamientos que hace solo cinco años eran tan impensables como inaceptables. Sus dirigentes dicen con atrevimiento lo que muchos piensan pero han temido expresar. Hace poco, Brian Dawson, del diario New York Times, concluyó un artículo con esta grave pregunta acerca del partido AfD: “¿Se quedará su visión en la periferia de la sociedad germana, o incursionará más adentro del pensamiento corriente, arrastrando consigo el centro?” (Cómo la extrema derecha está sacudiendo el orden político en Alemania, NYTimes.com, 31 de octubre del 2018).
¿Quién ocupará el vacío cuando la canciller alemana Ángela Mérkel entregue su cargo en el 2021? Esta obra lleva decenios prediciendo el surgimiento de la extrema derecha en Alemania, y con ella un líder fuerte en el corazón de Europa. Un día, diez reyes entregarán su poder a este líder carismático para formar una fuerza poderosa con influencia mundial, la cual será un desafío al dominio de las naciones angloparlantes que hoy dominan en el mundo.
Estados Unidos es un país dividido; de unido ya no tiene nada. La nación no había chocado consigo misma de esta manera desde la Guerra Civil Norteamericana, y no hay nada que señale un camino para cerrar la brecha. ¿Quién va a transigir en temas como el aborto, las pretensiones de los LGBT, la muerte asistida y las fronteras abiertas? ¿Dónde está el término medio sobre el aborto? ¿Empieza la vida en el momento de la concepción, o no? ¿Es moralmente admisible asesinar a un niño antes de hacer?
Pensemos lo que pensemos del presidente estadounidense Donald Trump, ¿es posible negar que un país sin fronteras deja de ser país? ¿Qué motivos tendría un país para permitir que lleguen personas a sus ciudades sin ningún control, y se queden allí? ¿Hay alguna diferencia entre entrar a un país a pie o entrar en avión? ¿Debe cada país, por compasivo que sea, tener el derecho de controlar quién pasa por sus puertas? El Mundo de Mañana no apoya ni se opone a los candidatos para cargos públicos, y sus críticas se dirigen a todo el abanico político: derecha, centro e izquierda. Sin embargo, ciertas cosas son sencillamente necias y malas. El aborto es asesinato. Las fronteras abiertas no tienen sentido. Las ciudades de refugio son locura.
En ambos lados de la brecha política falta mesura, y sobran los motivos de culpa en todas partes. Algo anda mal cuando los políticos animan a sus seguidores a acosar a la oposición en restaurantes, estaciones de gasolina o donde quiera que se encuentren.
La paz vendrá, pero no de la manera que esperan muchos. Esta obra lleva decenios prediciendo la caída tanto de Gran Bretaña como de los Estados Unidos. Gran Bretaña dejó de ser grande y Estados Unidos la seguirá pronto. ¿Dónde dejará esto a Canadá, Australia y Nueva Zelanda? ¿Qué será de Bélgica, Holanda y los países escandinavos? ¿Adónde irá a parar Francia? ¿Estará aliada con la futura potencia europea predicha desde hace siglos en las páginas de las Biblia? ¿O saldrá mal parada, como ocurrió en las dos grandes guerras del siglo pasado?
La Biblia, que tantos desprecian hoy, predijo desde hace mucho tiempo que la humanidad llegará al punto en que no solo será posible destruir toda la vida, sino que de hecho se destruiría. (Mateo 24:21-22). Pese a ello, hay buenas noticias. Cuando llegue el mundo al borde de la destrucción total, Dios intervendrá y pondrá fin al desvarío humano.
Muchas personas creen en Dios. Creen que Jesucristo vino a la Tierra como ser humano, que hizo grandes milagros, que lo asesinaron y que resucitó. Por algún motivo, es más fácil creer algo que ocurrió hace dos milenios que creer que Jesucristo volverá, que intervendrá en los asuntos humanos y que gobernará en la Tierra como Rey de reyes. Más nos vale creer que así lo hará, porque si las cosas siguen como van, la caída del Imperio estadounidense, e incluso la aniquilación de la humanidad ¡no es una posibilidad tan remota como quisiéramos creer!
El control de la ciudad de Jerusalén se lo disputan rivales acérrimos. En la “ciudad de paz” ¡no hay paz! La Biblia nos dice que esto cambiará. Nótese cómo describe la situación que estamos viendo: “En aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la Tierra se juntarán contra ella” (Zacarías 12:3). Zacarías también describe el final de ese futuro conflicto: “He aquí, el día del Eterno viene… Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén… Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos… Y el Eterno será Rey sobre toda la Tierra” (Zacarías 14:1-4, 9). Muestra que el Rey, Jesucristo, obligará a todas las naciones a guardar los días de fiesta que exponen su propósito y su plan para la humanidad (vs. 16-19).
¡Estas son las buenas noticias que Jesús proclamó! Es el evangelio del Reino de Dios, tal como se explica en mayor detalle en mi artículo de la página 17: ¿Por qué no escuchan este mensaje? También están claramente explicadas en nuestro folleto ¿Conoce usted el verdadero evangelio? Este mensaje de paz y prosperidad para todos trae un pasaje que se cuenta entre los más hermosos de las Escrituras:
“Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa del Eterno será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno. Y Él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra (Miqueas 4:1-3).
Jesucristo como Rey encaminará los recursos hacia la construcción y no hacia la destrucción. Sabrá qué hacer con los dictadores crueles que ofenden a sus vecinos y oprimen a su propio pueblo. Esta no es solo nuestra mejor esperanza de paz, ¡sino nuestra única esperanza! ¡Este es el mensaje que proclamamos aquí en El Mundo de Mañana!