Todo lo que hacemos tiene consecuencias. Ya sea de dinero, tiempo, esfuerzo físico o mental, o quizás para nuestra salud y bienestar emocional. A veces, las consecuencias de nuestras acciones afectan a las personas que amamos. No perdonar a los demás tiene consecuencias muy fuertes.
Si alguien choca nuestro automóvil, no solo hay un costo monetario por las reparaciones, también hay molestias, traumas físicos, frustración y tiempo empleado en hacer llamadas telefónicas, presentar reclamos al seguro y obtener informes policiales.