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Pregunta: Fui bautizado hace años. Por eso, cuando vi que su revista y el programa hablaban de la necesidad de bautizarse, al principio creí que eso no se aplicaba a mí. Ahora, después de leer sus publicaciones, empiezo a dudar. ¿Cómo puedo saber si mi bautismo fue correcto?
Respuesta: Para que un bautismo sea válido, debe estar precedido de un arrepentimiento auténtico. Un arrepentimiento auténtico es un cambio radical de vida en el que se deja de transgredir la ley de Dios para entrar por la puerta estrecha y seguir el camino angosto que lleva a la vida (Mateo 7:14).
¿Qué significa la puerta estrecha? Es un símbolo del arrepentimiento el cual implica humildad para reconocer nuestras faltas y transgresiones y humillarnos delante de Dios, y dejar de transgredir sus leyes. Reconociendo que somos los causantes de la crucifixión y muerte de Jesucristo quien murió por nuestros pecados (Hechos 2:36-38). Si estamos henchidos de orgullo, que es lo que nos impide vernos como somos y reconocer nuestros errores e infracciones, no cabemos por la puerta estrecha. Por eso dice el proverbio: “Dios resiste a los soberbios y da gracia [es decir, perdón] a los humildes” (1 Pedro 5:5).
¿Cuál es el camino que lleva a la vida? Jesucristo nos da la respuesta inequívoca: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17). Luego, el camino angosto que lleva a la vida es la obediencia a los diez mandamientos perseverando hasta el fin. Porque Jesucristo advirtió: “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 24:12-13).
¿Cuál es ese amor al cual se refiere Jesucristo? La respuesta infalible viene de la Biblia: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3).
Tanto Juan el bautista como Jesucristo iniciaron su ministerio señalando la importancia fundamental del arrepentimiento: “Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: Arrepentíos porque el Reino de los Cielos se ha cercado” (Mateo 3:2; 4:17).
¿Arrepentirnos de qué? De nuestros pecados. ¿Qué es pecado? La Palabra de Dios nos da la respuesta contundente: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4).
Muchas personas se bautizan creyendo la falsa doctrina de que la ley fue abolida. Si la ley fue abolida, entonces no hay pecado y si no hay pecado, entonces no hay de qué arrepentirse, y un bautismo sin arrepentimiento no tiene validez alguna.
Tal vez alguno dirá: “Pero yo no sabía, yo me bauticé con las mejores intenciones”. Las buenas intenciones no bastan, porque el pecado por ignorancia no deja de ser pecado. Así lo afirma la ley que Jesucristo no vino a abolir: “Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de aquellas cosas que por mandamiento del Eterno no se han de hacer, aún sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado” (Levítico 5:17).
Por ejemplo, si alguien es bautizado y no sabía o no entendía que el mandamiento de guardar el sábado sigue vigente, y lo sigue transgrediendo después del bautismo, su bautismo no es válido, “porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto se hace culpable de todos” (Santiago 2:10).
El propósito del bautismo es el perdón de nuestras transgresiones a la ley de Dios. Pero si seguimos transgrediendo, aunque sea por ignorancia, no hay perdón, porque no hubo arrepentimiento, es decir cambio, lo cual es esencial para que el bautismo sea válido.
Para una mayor comprensión, tenemos el gusto de ofrecerle, sin costo alguno para quien lo solicite, dos folletos que serán de inmensa ayuda a quienes estén interesados en el tema del bautismo. Los títulos de esos folletos son: Los diez mandamientos y ¿Es necesario el bautismo? Los puede solicitar a nuestra dirección más cercana a su domicilio y se los enviaremos impresos. O usted mismo los puede leer en línea o bajarlos de nuestro sitio en la red: www.ElMundodeManana.org.