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¡Los días santos de la Biblia revelan un tiempo futuro cuando Jesucristo reinará sobre todo el mundo! ¿Nos estamos preparando desde ahora, siguiendo sus huellas y guardando esos días?
Todos los años, entre los meses de septiembre y octubre, vienen varios días santos desconocidos por la mayoría de la gente que no pertenece al pueblo judío. El primero es Rosh Hashaná, la Fiesta de las Trompetas. A los diez días llega Yom Kipur, el día de Expiación, y cinco días después llegan los siete días de la Fiesta de los Tabernáculos, seguidos por el Último Gran Día de la Fiesta
Entre los cristianos que guardamos esos días santos estamos los miembros de la Iglesia del Dios Viviente, patrocinadora de El Mundo de Mañana. Muchos se preguntarán por qué alguien que no es judío guarda esos días. ¿Por qué no guardar las fiestas tradicionales como la navidad, el domingo de resurrección, la epifanía, el día de san Valentín y la noche de brujas?
Para quien tenga la mente abierta, la respuesta es sencilla. Jesús dijo: “La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24). Las buenas intenciones no bastan; según Jesús, también debemos adorar en verdad. Y la verdad es que Dios nos ha dado días especiales para enseñarnos sobre su plan de salvación, mientras que el mundo pagano aportó tradiciones ajenas a la Biblia, y les adjuntó el nombre de Cristo. ¿Cuáles son entonces los días correctos? ¿Tiene esto alguna importancia?
Hace unos años, algunos jóvenes en los Estados Unidos solían llevar una pulsera con las siglas WWJD, que significan en inglés: “¿Qué haría Jesús?” La pregunta es válida, y el más indicado para responderla es el propio Jesús. ¿Qué haría si estuviera ahora en la Tierra?
La respuesta es obvia: haría exactamente lo mismo que hacía cuando anduvo en la Tierra hace 2.000 años (Hebreos 13:8). ¿Qué hacía entonces? Guardaba la Pascua y los días de Panes Sin Levadura (Lucas 2:41-43; Mateo 26:17-20). Guardaba la Fiesta de los Tabernáculos y el Último Gran Día, aun cuando estuvo amenazado de muerte (Juan 7:1-2, 10, 37).
Cada uno de los apóstoles, incluido el apóstol Pablo, guardó esos días (Hechos 2:1; 18:21; 20:16; 1 Corintios 5:7-8; 16:8). Las anteriores solo son algunas de las referencias que podríamos citar. Por otra parte, la Biblia hace referencia al nacimiento de Jesús, pero no encontramos en ella ni la fecha ni ninguna celebración anual del nacimiento… como tampoco encontramos el domingo de resurrección ni las demás celebraciones populares.
¿Tiene esto alguna importancia?
¿Sabe usted que sin guardar y entender los días santos de Dios resulta imposible entender su plan para la humanidad? Si usted no ha leído nuestro folleto titulado: Las fiestas santas—El plan maestro de Dios, no deje de solicitar un ejemplar gratuito enviando un correo a: elmundodemanana@lcg.org o puede descargarlo en nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org. En este folleto encontrará respuestas a preguntas que tal vez se haya hecho en la vida. ¿Qué pasa con los niños que mueren a los pocos días de nacer, o con personas que llegaron a la edad adulta sin haber oído el nombre de Cristo? ¿Por qué parece que muy pocas personas han sido salvas si Dios es todopoderoso? ¿Habrá siempre una fuente del mal entre nosotros? ¿Nos corresponde alguna parte en nuestra propia salvación, o ya está hecha? ¿Cómo terminará el mundo? ¿Cuál es la recompensa de los salvados? Los días santos y las fiestas de la Biblia dan respuestas a todas estas preguntas, y muchas más.
A veces, lectores de El Mundo de Mañana y entre quienes sintonizan nuestros programas del mismo nombre, nos critican por no decir que Cristo vendrá esta noche; otros protestan cuando decimos que el momento de su llegada está cercano. Protestan, en parte, porque no entienden el plan de Dios para la humanidad, en la forma como se revela en sus días santos, y no captan el contexto de Mateo 24:36, donde dice que nadie sabe el día ni la hora de su regreso.
El contexto de este pasaje empieza con una pregunta de los discípulos: “¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3). Jesús citó varias señales que debían buscar, entre ellas la abominación desoladora (v. 15). Advirtió igualmente que habría una gran tribulación seguida de señales celestiales (vs. 29-30). Entonces Jesucristo volverá con el sonar de una trompeta: “Enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (v. 31).
Entonces Jesús dijo que aprendiéramos la lección de la higuera: “Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32-33).
Es claro que primero han de ocurrir ciertas cosas, y que debemos discernir el tiempo aproximado por las señales. Jesucristo dice que saber el día y la hora precisos de su regreso es otra cosa (v. 36), pero enseguida cita una señal más (vs. 37-38).
Los días santos y fiestas de Dios exponen su plan de salvación paso a paso. La primera de las que llamamos las fiestas del otoño, correspondientes al hemisferio Norte donde se encuentra Jerusalén, es la Fiesta de las Trompetas. Esta festividad nos dice que Jesús no regresará esta noche. Dijo que “enviará sus ángeles con gran voz de trompeta” (v. 31). La Fiesta de las Trompetas representa la voz de siete trompetas, siendo cada una de ellas el anuncio de un suceso que sacudirá la Tierra. ¿Acaso ha llegado alguna de las trompetas con los hechos catastróficos que la acompaña según se revela en Apocalipsis 8-9? ¿Ha visto alguien un ejército de 200 millones encaminado hacia el Occidente desde Asia? Como nada de eso ha sucedido, entonces Jesucristo no puede venir esta noche, ya que su regreso se producirá solo cuando suene la séptima y última trompeta (Apocalipsis 11:15).
¿Acaso puede ocurrir el rapto secreto en cualquier momento, tal como se ha enseñado a tantos? Es una pregunta que se hacen muchas personas sinceras, pero representa un concepto equivocado. Si usted desea saber la verdad sobre esta doctrina errada, comuníquese con nosotros para enviarle gratuitamente unos artículos sobre el rapto secreto.
Lo que hemos tratado es solo una pequeña parte del panorama; hay mucho más que se aclara cuando se guardan los días santos instituidos por Dios. Un grupo grande de sabatarios enseña que, luego del regreso de Jesucristo, la Tierra será un gran yermo sin ningún ser viviente. ¡Pero la Fiesta de los Tabernáculos revela todo lo contrario! Cuando Jesús regrese como Rey de reyes, una de sus primeras órdenes será que todas las naciones envíen representantes a Jerusalén para guardar esta Fiesta (Zacarías 14:16). Imagínese: Jesucristo gobierna como Rey sobre toda la Tierra (v. 9), sale su orden por todo el mundo… y no hay nadie con vida para responder. Absurdo.
Tal como se revela en la Biblia, quienes acudirán para guardar la Fiesta, no serán seres espirituales:
“Acontecerá que los de las familias de la Tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que el Eterno herirá las naciones que no subieren a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos” (Zacarías 14:17-19).
Cada año, los miembros de la Iglesia del Dios Viviente se reúnen para recordar todo lo que esta gran Fiesta simboliza, el tiempo cuando Jesucristo traerá paz por mil años a nuestro perturbado planeta. Esa paz no vendrá, por supuesto, mientras siga aquí Satanás, el gran adversario de la humanidad. El problema se aclara con el día de Expiación, símbolo del momento en que Satanás será lanzado al abismo, y con él su influencia sobre la humanidad.
Esto es solo una brevísima idea de lo que Dios tiene en mente para quienes acepten su reto de guardar los días santos que dispuso para explicar su maravilloso plan de salvación. No deje de comunicarnos cuando esté en disposición de aceptar ese reto, ¡y aprender sobre las verdades más extraordinarias jamás reveladas a la humanidad!