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Muchas personas piensan que no hay que hacer caso del mercantilismo, la influencia pagana ni la imposibilidad del natalicio un 25 de diciembre; y prefieren pensar en dejar a Cristo nuevamente en la navidad. Pero, ¿cuántas personas que se declaran cristianas se sentirían bien celebrando la navidad si supieran que no se puede dejar a Cristo nuevamente en ella porque la navidad es satánica?
No es algo nuevo, pero las iglesias del mundo ocultan esta verdad o la ignoran. La Enciclopedia católica en línea revela que “La Navidad no figuraba entre las primeras fiestas de la Iglesia. San Ireneo y Tertuliano la omiten en su lista de fiestas” (https://ec.aciprensa.com/wiki/N, acceso 19 de octubre del 2023). En algunos lugares llegó hasta prohibirse la navidad por ser contraria a la Biblia, por ejemplo, en el estado de Massachusetts en 1659 y en Inglaterra a mediados del siglo 17.
Muchos saben que antes de la navidad existían las saturnales romanas que le sirvieron de fundamento. Tertuliano, considerado uno de los primeros padres de la Iglesia Católica, escribió que con ocasión de las saturnales se intercambiaban regalos y “se frecuentaba toda pompa del diablo” (Idolatría, Tertuliano).
Las saturnales eran a su vez una adaptación de algo anterior: el mitraísmo persa. En el mitraísmo, las fiestas de invierno comenzaban con la adoración de Zurvan, cuyas celebraciones terminaban el 24 de diciembre, dando paso al culto del Zurvan, renacido como Mitra. Este Mitra, nacido el 25 de diciembre, traía el Sol de vuelta después del solsticio invernal (ver M. J. Vermaseren, Mitra, el dios secreto, 1963).
Los romanos adoptaron pronto el mitraísmo en forma de las saturnales. Saturno, nombre popularizado por el mundo romano, era el mismo Mitra, antiguo dios persa que a su vez era el dios renacido Zurvan. Dice la Enciclopedia católica que el emperador Diocleciano levantó un templo a Mitra en Carnuntum y que “el 25 de diciembre se guardaba como su nacimiento natalis invicti, el renacer del Sol del invierno” (Mitraísmo).
El dios pagano Zurvan se representaba como una figura alada, mitad humana, mitad león, es decir, con características de los querubines (2 Crónicas 3:13; Ezequiel 10:14). Además, solían acompañarlo serpientes enroscadas en sus piernas, brazos o cuerpo (Franz Cumont, Los misterios de Mitra, 1903, pág. 93). Las Escrituras revelan que Satanás es un querubín caído (Ezequiel 28:14-16) y se asocia con la serpiente (Génesis 3:1-14; Apocalipsis 20:2).
Un ángel justo no permite que lo adoren (Apocalipsis 19:10; 22:9). Y Apocalipsis 9:20 advierte que los idólatras están adorando demonios. Es claro que el querubín que exige adoración en el solsticio invernal no es ningún ángel justo. Llámese Zurvan, Saturno o por cualquier otro nombre, esta deidad representa nada menos que al querubín caído que se llama Satanás.
Las saturnales romanas y el mitraísmo persa eran vestigios de una religión todavía más antigua: La religión de los misterios babilónicos. Adorando un árbol frondoso, los antiguos babilonios festejaban a Nimrod renacido como el Tamuz recién nacido. De allí lo que ahora conocemos como el árbol de navidad. Los babilonios también celebraban este renacimiento durante el solsticio de invierno. El profeta Jeremías condena a la antigua Israel por imitar este paganismo horrible, mencionando específicamente el árbol decorado en Jeremías 10:3-5.
No obstante los gratos recuerdos y pese a que todo el mundo lo hace, un cristiano verdadero rechaza la navidad porque Jesucristo se niega a tener parte alguna en la idolatría (2 Corintios 6:15-16). Jesucristo nunca fue parte de la navidad y no es posible volver a colocarlo como figura céntrica de esta celebración.
Dios nos manda rechazar los caminos paganos (Jeremías 10:2), revela que las celebraciones paganas y las fiestas satánicas son abominación (Jeremías 10:3-4; Ezequiel 8:13-14), y nos dice que no alteremos las enseñanzas de Jesucristo y los apóstoles (2 Tesalonicenses 2:15). Consciente de esta verdad, el verdadero discípulo de Jesucristo ni siquiera considera celebrar la navidad, sabiendo que estas celebraciones del solsticio de invierno en realidad son celebraciones de Satanás.
Para más información sobre este importante tema, invitamos a leer el folleto: ¿Es cristiana la navidad? Lo enviaremos gratuitamente con solo solicitarlo enviándonos un correo a: [email protected]. También puede descargarse en línea visitando nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org.