El significado del extremismo está cambiando diariamente y está comenzando a significar lo contrario de su intención original. En una homilía reciente, el obispo de Shrewsbury (Reino Unido) compartió su preocupación de que si la ley británica continúa en su actual dirección, creer en Jesucristo y la Biblia podría algún día ser visto como ideología “extremista” (Catholic Herald, 1 de agosto de 2017).

Los investigadores de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón han “editado” con éxito una mutación genética en embriones humanos que crearon (National Geographic, 2 de agosto de 2017). “El equipo utilizó ‘tijeras genéticas’ conocidas como CRISPR-Cas9 para localizar y eliminar una mutación asociada con la cardiomiopatía hipertrófica, una cardiopatía heredada común, en 42 embriones.” Mientras que muchos científicos califican la investigación como revolucionaria, los expertos en bioética la etiquetan como “científicos... fuera de control”.

Las encuestas indican que la situación de Estados Unidos va en descenso y cada vez es más irrelevante en la escena mundial (Washington Post, 27 de julio de 2017). Una reciente entrevista con un hombre nigeriano demostró la triste decepción de muchos con respecto a los Estados Unidos: “Su país se ha vuelto loco [dijo él]... yo soy de África. En una reciente encuesta de Pew, más estadounidenses expresaron su confianza en varios dirigentes extranjeros (incluyendo a Angela Merkel) que en su propio presidente.

Un desastre tras otro, desgracia sobre desgracia, sequías, incendios, inundaciones, terremotos, guerras, enfermedades, dominan las noticias en estos días. ¿Parece como si estas cosas ocurrieran con más intensidad, o es sólo que hay "más información" que nunca?