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En los Estados Unidos, durante el cuarto trimestre de cada año, es la temporada del fútbol americano, deporte que apasiona a multitudes, incluso fuera de los Estados Unidos. La gente planifica su vida en torno a los grandes partidos, con rituales como vestir los colores de su equipo, llevar símbolos de la mascota del equipo y hacer fiestas junto a los autos mientras esperan. Todo esto se conjuga de modo que el fútbol americano se convierte para muchos en la religión del sábado.
El fútbol americano es un negocio enorme, las multitudes de aficionados generan ingresos para hoteles, restaurantes y salones de fiesta. Las transmisiones televisadas atraen a un gran público, que devora los detalles de cada encuentro. Los entrenadores de los equipos universitarios observan a posibles jugadores desde muy pequeños, y la competencia entre universidades es feroz, porque cada una busca reclutar a los jóvenes más talentosos para conformar un equipo victorioso. El juego trae mucha alegría y emoción a la vida de los jugadores, sus familias y los fanáticos.
¿Qué puede tener de malo un deporte tan popular?
El tiempo, como siempre, es clave. El rey Salomón de Israel escribió: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1). Hay tiempo de trabajar y tiempo de jugar… y debe haber un tiempo de adorar.
Uno de los diez mandamientos de Dios dice así: “Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; pero el séptimo día es de reposo para el Eterno, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo el Eterno los Cielos y la Tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el sábado y lo santificó” (Éxodo 20:8-11, RV 1995).
El día de reposo en la Biblia es el séptimo día de la semana, contando desde el viernes a la puesta del Sol, hasta el sábado a la puesta del Sol. ¿Acaso esto cambió en tiempos del Nuevo Testamento? No cambió, sino que el Nuevo Testamento confirma el sábado como reposo de palabra y de obra. Jesucristo lo guardaba y se declaró Señor del sábado (Lucas 4:16; Mateo 12:12; Marcos 2:28). Después de su ascenso al Padre, los apóstoles y los nuevos bautizados continuaron guardando fielmente tanto el sábado como los días santos anuales.
Quienes buscan en la Biblia su guía y norma para la vida, reconocen que el sábado es el día de la semana que Dios apartó como tiempo santo. ¿Qué tiene que ver esto con las tradiciones deportivas que tanto nos atraen? Todo, para el que desee agradar a Dios. El día de reposo es una “santa convocación”, es decir, un tiempo para reunirse con fines de adoración (Levítico 23:3). El apóstol Pablo explicó en Hebreos 10:25 que no debemos dejar de congregarnos.
Isaías dio instrucciones claras al escribir: “Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas delicia, santo, glorioso del Eterno, y lo veneras, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en el Eterno” (Isaías 58:13-14, RV 1995).
Aunque el fútbol americano no tiene nada de malo en sí, el cómo y el cuándo se juega es importante si queremos vivir en armonía con los mandamientos bíblicos, y disfrutar las bendiciones que Dios promete a quienes así lo hacen. Lo mismo se aplica a otras actividades de esparcimiento; como pescar, cazar, ir a un concierto, jugar golf y demás. Suspender estas actividades el sábado, séptimo día de la semana, nos aparta de la corriente que impera en el mundo. ¿Cómo será el sábado para usted: El “día del partido”, o el día en que rinde culto a Dios, conforme a las claras instrucciones en su Palabra? Esta importante decisión, aunque a veces no es fácil, es algo que cambiará su vida de maneras positivas y maravillosas.
Para leer sobre estos principios de vida en detalle, solicite sus ejemplares gratuitos de los folletos: Los diez mandamientos y ¿Cuál es el día de reposo cristiano? Enviando un correo a: [email protected] o puede leerlos en línea en nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org .