Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
Uno de los atributos más provechosos que se pueden ejercer es la gratitud… y la actitud de agradecimiento es contagiosa. Casi siempre, cuando doy las gracias sinceramente a alguien, responde agradeciendo también. Igualmente, cuando alguien demuestra una actitud de agradecimiento, otros que la reciben responden sintiendo más gratitud. ¿Cómo podemos cultivar una actitud de mayor agradecimiento y positiva?
Veamos algunas formas sencillas, pero profundas, de traer más alegría y paz a nuestra vida. Todos podemos practicarlas para recordar ser más agradecidos.
Algo que ayuda de muchas maneras es llevar una lista de cosas que agradecemos. Nuestra sociedad es tan acelerada que resulta fácil pasar por alto las cosas sencillas. La lista nos ayuda a hacer de lado las cosas que ocupan la mente innecesariamente, y a reconocer el bien que hay en nuestra vida, sobre todo en los días difíciles, o cuando estamos pasando por alguna dificultad grande.
No se trata de un proyecto de redacción largo y tendido. Basta anotar cada día tres cosas que nos inspiran gratitud. Pasado un tiempo, quizás aumentemos el número a cinco o más. Procuremos elegir cosas nuevas cada día. Con el tiempo, será agradable mirar atrás y ver lo que pensábamos, y además, esta revisión quizá revele algún crecimiento en nuestro carácter.
Jesucristo desea que tengamos la voluntad de servir a los demás (Mateo 20:25-28), y de manifestar amor al prójimo (Lucas 10:27; Levítico 19:18). ¿De qué maneras podemos servir mejor a los demás? En el ámbito familiar, los esposos pueden servir ayudando en los diferentes quehaceres y proveyendo para las necesidades dentro de la unidad familiar. A veces, el servicio más valioso consiste en estar presente cuando alguien está luchando con dificultades físicas o emocionales.
Las catástrofes naturales ofrecen oportunidades para emplear nuestras aptitudes y capacidades, a fin de aliviar la carga de quienes estén sufriendo. Como ejemplo se puede dar un servicio voluntario a la comunidad, como en un comedor popular o en las proyectos sociales y escolares de entidades humanitarias. Si tenemos bienes materiales extra, podemos donarlos a personas necesitadas.
Las expresiones verbales de gratitud hacia los demás, suelen tener un efecto positivo en la vida de ellos y en la nuestra. Dios hizo de la gratitud un componente clave del amor generoso. Honrar a los padres y sentirse agradecidos con ellos, es un mandamiento que trae la promesa de una larga vida, y beneficios por varias generaciones (Éxodo 20:12). Cuando alguien ha hecho algo especial por nosotros, una manifestación de gratitud sincera es algo que le da ánimo. Y decir a nuestro cónyuge o a nuestros hijos: “Me siento agradecido por ti”, puede traerles mucha alegría y acercar nuestra relación con ellos.
También podemos expresar agradecimiento a las personas que nos atienden en restaurantes, tiendas y otros lugares; y en situaciones donde hay servidores. Con frecuencia, estas personas tienen que soportar la mala actitud o las frustraciones de otros, así que un “gracias”, dicho con sinceridad puede ser muy provechoso.
Uno de mis pasajes preferidos en relación con este tema es Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Nuestro Padre desea darnos buenas cosas, y desea oír que reconocemos sus bendiciones y agradecemos su dedicación a nosotros.
A los padres les encanta oír las manifestaciones de gratitud y felicidad de sus hijos. De igual manera, nuestro Padre celestial desea que incluyamos activamente nuestro testimonio de gratitud hacia Él en nuestras oraciones, nuestras palabras y nuestros actos. Hasta Jesucristo daba gracias al Padre por las bendiciones recibidas: “Tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud” (Mateo 15:36). “Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos” (Mateo 26:27).
Podemos hacer de la gratitud un hábito… y, además, es uno de los rasgos de carácter más provechosos que puede poseer una persona. Las personas agradecidas son luces positivas en un mundo doliente, y con su buen ejemplo estimulan a los demás para que también sientan más gratitud. Dios bendice a la nación y al pueblo que manifiesta gratitud por sus muchos dones: “Dadle gracias, bendecid su nombre” (Salmos 100:4, Biblia de Jerusalén).