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La profecía bíblica a veces se convierte en un sistema de alerta temprana ante los acontecimientos del tiempo del fin, así como del armagedón venidero. ¿Estaremos dispuestos a prestar atención a esas alarmas?
Un domingo por la mañana, a mediados de enero, era el tiempo perfecto para hacer labores en la casa. El entusiasmo duró hasta que mi teléfono comenzó a zumbar, con un sonido de urgencia que anunciaba algo más que un mensaje de texto normal o de una llamada telefónica. El timbre fue más fuerte, más largo y más agudo, que el de un mensaje normal. En ese momento no podía saber que millones de teléfonos en todo Ontario vibraban de manera similar.
Supuse inicialmente que debía tratarse de una alerta AMBER (por sus siglas en inglés: Respuesta Transmitida de Emergencia de Personas Desaparecidas), un mensaje de texto de la policía que pide a la ciudadanía estar atentos a una matrícula de automotor, o a un determinado delincuente sospechoso de cometer un secuestro. Pero lo que leí no era lo que esperaba:
Se estaba informando de un incidente en la planta de energía nuclear de Pickering. No se trataba de una liberación anormal de radiactividad, y el personal de emergencia estaba respondiendo a la situación. Hasta el momento no era necesario que las personas, en las cercanías de la planta de generación nuclear de Pickering, tuvieran que tomar alguna medida de protección.
Operando de manera segura desde 1971, la planta nuclear de Pickering no es algo presente en la vida y en los pensamientos de la mayoría de los habitantes de Toronto. La instalación alberga seis reactores CANDU, que producen el 14 por ciento de la energía de Ontario; y se ha programado el comienzo del proceso de desmantelamiento en el 2028.
Con todo y los años de operación segura y la clara declaración de que “no era necesario que las personas, en las cercanías… tuvieran que tomar alguna medida de protección”. Las palabras: “Se estaba informando de un incidente en la planta de energía nuclear de Pickering”. Trajeron a mi mente una avalancha de escenarios.
El mensaje era una falsa alarma, y unos 40 minutos después fue dejado sin efecto por medio de Twitter. Un segundo mensaje de texto, enviado casi dos horas después del mensaje inicial, confirmó que la advertencia se había enviado por error. Innumerables personas dieron un profundo suspiro de alivio. Sin embargo, los diferentes escenarios de desastres ocurridos permanecieron en nuestra mente, y entre muchas personas se plantearon respuestas sobre la preparación. La revista Maclean’s informó que un sitio en la red de seguridad nuclear recibió, en los días siguientes, más de 32.000 pedidos de pastillas de yoduro de potasio (18 de febrero del 2020).
Poco después del incidente, la región de Durham publicó un boletín de noticias que detalla el plan de respuesta de emergencia preparado para un suceso tal. Si bien muchos se habían quedado dormidos durante el primer texto, y solo se enteraron del error cuando leyeron el segundo texto, en el caso de un incidente real, el sistema de advertencia sería mucho más completo:
Si los miembros de seguridad de la provincia deciden activar el sistema de alarma pública, en cuestión de 15 minutos sonarán sirenas de alerta para quienes se encuentren en un radio de tres kilómetros de la planta. Los hogares dentro de un área de 10 kilómetros recibirán una llamada automática en sus teléfonos fijos (¿Qué pasaría si realmente hubiera un accidente nuclear en Durham?, 15 de enero del 2020).
El boletín de la región de Durham continuamente revisa los planes de evacuación, y detalla las diferentes características de seguridad de la planta; y cuánto tiempo se puede almacenar la radiación dentro de las instalaciones antes de tener que liberarla. La realidad es que la nuclear es, históricamente, una de las formas más seguras de generación de energía disponibles. Sin embargo, todavía existen amenazas de desastre.
Si bien es posible que en la región donde usted vive no hay una planta nuclear, pocas regiones hay en el mundo no susceptibles a algún tipo de desastre. Frecuentemente, estas potenciales amenazas no están presentes en nuestra mente, hasta que algo sale mal. Si bien la preparación para desastres puede llevarse al extremo, es de sabios prepararse para lo inesperado. Tomemos unos minutos para considerar los potenciales peligros y posibles desastres naturales en nuestra región, y consultemos cuáles planes ante emergencias existen actualmente.
Sin embargo, cualquier sistema de prevención ante desastres es inútil si la gente no reconoce y actúa cuando se dan las señales de advertencia. Los planes dependen de que alguien dé la alarma, y que quienes estén en peligro respondan a la advertencia. Si el primer aviso de Pickering hubiera advertido con precisión sobre un desastre real, y no se hubiera enviado ninguna otra llamada, ¿cuántos hubieran visto el mensaje a tiempo? ¿Cuántos habrían hecho caso a la advertencia?
El libro de Ezequiel tiene serias advertencias, tanto para quienes escuchan un aviso de peligro, como para los responsables de hacer sonar la trompeta:
“Cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya” (Ezequiel 33:4-6).
La profecía bíblica señala muchos acontecimientos que afectarán a hombres, mujeres y niños en todo el planeta. Si bien muchos sistemas de alerta rápida requieren de evacuación u otras medidas para prevenir el desastre, la Palabra de Dios exige obediencia y acercarse a Él. Su protección es la única forma verdaderamente segura ante lo que se avecina. Muchos de los sucesos descritos en la Biblia se muestran como imposibles para sobrevivir; sin embargo, el Dios Eterno es lo suficientemente sabio como para predecir acontecimientos mundiales con miles de años de anticipación, y también es lo suficientemente poderoso como para proteger a quienes le obedecen. Las palabras del rey David en los Salmos dejan muy clara la capacidad de Dios para librar a su pueblo, incluso de los sucesos más terribles:
“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará” (Salmos 91:4-7).
Gran parte de la profecía bíblica revela el surgimiento, motivos, conflictos y la eventual caída de varias superpotencias del tiempo del fin. Estas potencias venideras bien pueden no ser aquellas en las que pensamos: Dos de ellas, el “Rey del Norte” y el “Rey del Sur”, sobre los cuales escribió el profeta Daniel (Daniel 11), pronto aparecerán en la escena mundial, y la vida tal como la conocemos cambiará para siempre.
Al igual que con cualquier sistema de alerta rápida, es vital que quienes estén en peligro potencial sepan a qué deben prestar atención. La Palabra de Dios, nuestra propia Biblia, brinda una enseñanza clara de qué debemos buscar y, lo que es más importante, cómo reaccionar. Para obtener más información, puede solicitarnos gratuitamente nuestro revelador folleto: Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo, enviándonos un correo a: [email protected], o bien puede leerlo en línea ingresando a nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org. Estudiar este folleto junto a su Biblia será de gran ayuda para reconocer la identidad del Rey del Norte y del Rey del Sur; y comprender cómo influirán poderosamente en los acontecimientos del tiempo del fin. [MM]