Señal de la creación de Dios, hasta el invierno lo glorifica | El Mundo de Mañana

Señal de la creación de Dios, hasta el invierno lo glorifica

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Las culturas de todo el mundo han considerado desde hace mucho tiempo el día más corto del año como un día de ceremonias y celebraciones especiales (el 21 o 22 de diciembre en el hemisferio Norte, y el 20 o 21 de junio en el hemisferio Sur). A medida que la temporada navideña, llena de los adornos del materialismo moderno que encubre el paganismo antiguo, se aleja de nuestra memoria, es fácil tener una visión negativa de la temporada del solsticio de invierno que ya quedó atrás.

De la A a la Z, el solsticio de invierno ha desempeñado un papel fundamental en las prácticas religiosas paganas a lo largo de la historia, desde el festival de Amaterasu en el Japón medieval (que celebraba el resurgimiento de la diosa del Sol desde su cueva), hasta el festival Ziemassvētki en la antigua Letonia (que honraba el nacimiento de Dievas, el dios supremo de la mitología letona).

La adoración pagana durante el solsticio de invierno está condenada por las Escrituras (Jeremías 10:1-4). Sin embargo, si vemos las maravillas de la creación de Dios, de la manera en que quiere que las veamos, podemos considerar lo que escribió el apóstol Pablo, y permitir que esta época del año nos ayude a apreciar una de las muchas cosas maravillosas que el Dios verdadero ha hecho. Pablo escribió: “Las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (Romanos 1:20).

El mundo necesita relajarse

El solsticio de invierno en sí no tiene ningún significado religioso cristiano. Simplemente marca un punto clave en la maravillosa procesión de las estaciones que Dios ha creado. Para quienes viven en climas donde se han acostumbrado al cambio de estaciones, sería difícil imaginar un otoño sin el cambio de colores de las hojas, o una primavera sin flores que recién brotan.

Pero hay más. En las regiones más frías muchas de las plantas que Dios creó necesitan las bajas temperaturas del invierno. Muchas requieren el proceso de vernalización, en el que las plantas o semillas, para florecer o germinar en la primavera, deben soportar un período prolongado de frío, medido en lo que se llama horas de frío. Las manzanas generalmente requieren la mayor cantidad de horas de frío, y los albaricoques, los melocotones, las nueces y las bayas también requieren una cierta cantidad de horas de frío para producir su fruto. Para estas plantas, los días cortos y fríos del invierno son necesarios.

¿Y qué tal ese jarabe de maple que tanto te gusta poner sobre tus waffles por la mañana? Sin el frío del invierno, seguido del comienzo de la primavera, ese néctar dorado y dulce no fluiría. En el lugar donde vivíamos mi familia y yo, esperábamos con ansias el momento en que las noches todavía estuvieran bajo cero, pero los días se calentaban un poco por encima de ese grado. Cuando eso sucedía, nuestros maples estaban listos para ser extraídos. Con solo un poco de trabajo, los baldes de savia estaban llenos y listos para ser hervidos hasta obtener esa deliciosa recompensa.

Ninguna de estas joyas de la creación de Dios sería posible sin el cambio de estaciones. Y, si, el solsticio de invierno es parte de Él. Qué triste es que tanta gente engañada haya celebrado la ocasión con temor y superstición. Muchos de nuestros antepasados tenían tanto miedo de que su mundo se hundiera en la oscuridad, que se sintieron obligados a adorar al Sol, en lugar de adorar al Dios que lo creó. Con esto en mente, Dios les dijo a los israelitas: “No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del Cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman… Mas el Eterno es el Dios verdadero; Él es Dios vivo y Rey eterno” (Jeremías 10:2, 10).

Desde Amaterasu hasta Ziemassvētki, millones de personas antes que nosotros, cegados por el engaño de Satanás, “cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador” (Romanos 1:25). Qué triste es que, de diversas maneras, gran parte de este mismo engaño continúe todavía.

Si desea saber más sobre los verdaderos días santos de Dios, que lo honran y revelan su plan para la humanidad, lea nuestro folleto: Las fiestas santas- Plan maestro de Dios. Esclarecedor folleto que abrirá los ojos al plan que el Creador de nuestro Universo ha puesto en marcha para toda la humanidad. [MM]