El amor y la corrección van de la mano en el esfuerzo por criar hijos buenos en una era permisiva y de maldad.
¡Los niños cambian tan rápidamente! Un recién nacido comienza a gatear, luego a caminar y finalmente a correr… y mirando hacia atrás, parece que todo ocurrió de la noche a la mañana. En cada etapa que van viviendo, los pequeños nos traen felicidad y risas. Su mirada de asombro cuando comprenden que, con sus piernitas regordetas, se están poniendo de pie solitos, y su emoción por un simple juego de escondidas con mamá o papá parece definir lo que es la diversión.