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Los problemas de salud en el Reino Unido deben traer a nuestra mente que las instrucciones de Dios al antiguo Israel siguen siendo valiosas en nuestros días.
El Servicio Nacional de Salud, establecido en 1948 por el gobierno laborista de la posguerra, es conocido por todos como el NHS (por sus siglas en inglés), y ha llegado a ser uno de los bienes más preciados del país, una vaca sagrada que a los políticos más les vale no tocar. Aunque antes de la pandemia del cóvid-19, esta institución afrontó una de sus más graves dificultades, convirtiéndose en una de las más altas prioridades para los políticos que fue salvar al NHS.
El NHS aún tiene grandes dificultades. Muchos británicos se lamentan de los tiempos de espera, cada vez más largos, para recibir atención en las salas de urgencias. Desde el 2018, el número de personas que han esperado más de cuatro horas, aumentó de poco más del 10 por ciento a aproximadamente el 24 por ciento. Las listas de espera han subido de 3 millones de personas a más de 7,5 millones, incluidos quienes esperan tratamiento para el cáncer. Las dificultades desde el 2018 han aumentado, y es cada vez más claro que el NHS no da abasto para atender a las necesidades de los residentes del Reino Unido.
Se necesitan programas de construcción para renovar o reemplazar los anticuados hospitales, con el fin de atender las necesidades propias del siglo 21; así como mejoras administrativas para digitalizar los expedientes. Además de las necesidades de personal y medidas para las estructuras gerenciales que no se centran en lo que requieren los pacientes. Estos son retos que exigen corrección urgente, pero son pequeños en comparación con las dificultades enormes debidas a la mala salud de los ciudadanos británicos.
La obesidad está fuera de control entre los jóvenes. Muchos colegios financiados por el Estado han eliminado las actividades físicas, porque los presupuestos de educación no alcanzan para cubrir esas necesidades. La educación física, indispensable para el cuerpo y la mente juveniles, se ha reducido a los colegios particulares, que la mayoría de los residentes no pueden pagar. En este momento se considera que el 25 por ciento de la población del Reino Unido es obesa, y que más de la mitad de la población escocesa presenta sobrepeso.
La sociedad británica carece más que nunca de buenos conocimientos sobre alimentación sana, y sobre los factores que contribuyen a un buen estado de salud. Los británicos en general se oponen a la idea de aprender buenos hábitos alimenticios. Muchos adoptan la visión miope al considerar que las iniciativas del gobierno para limitar el consumo de azúcar, equivalen a una intromisión motivada por lo que llaman despectivamente una actitud de estado niñera. Las medidas para reducir los alimentos ultraprocesados que atiborran los supermercados no llegan a nada.
Mientras tanto, la obesidad acentúa la presencia de diabetes tipo 2, y esto impone otra sobrecarga importante al NHS. Según ciertas estimaciones, el costo de la obesidad en el Reino Unido asciende a 58 000 millones de libras esterlinas, o 73 000 millones de dólares de los Estados Unidos (The Health Foundation, Health.org.uk, 3 de noviembre del 2023). Para darle una perspectiva a este costo, es aproximadamente el doble del déficit de inversión de capital del NHS entre los años 2010 a 2019.
Según estimaciones actuales, los casos de diabetes en el Reino Unido aumentarán en un 49 por ciento entre los años 2025 y 2040. Incluso, ahora se estima que más de 5,6 millones de británicos padecen diabetes, según la entidad caritativa Diabetes UK. Esto significa que más del 8 por ciento de la población padece diabetes. La insuficiencia cardíaca es el único trastorno de salud para el cual se prevé un aumento mayor en dicho período.
A estos males de los británicos nativos, se agregan las grandes dificultades que afrontan las crecientes comunidades de inmigrantes, que procuran adaptarse a alimentos nuevos y a menudo muy diferentes. El aumento de peso y la diabetes cada vez más frecuente entre los inmigrantes del Sureste Asiático, se atribuyen a las dificultades que tienen estos nuevos inmigrantes, para adaptarse a los alimentos que pueden conseguir en el Reino Unido.
El NHS ahora tan abrumado, que no tendría que ser un monstruo voraz y creciente que exige una parte cada vez mayor de los recursos limitados de la nación. El problema tiene una solución mucho más sencilla. El señor Henry Dimbleby, antiguo zar de los alimentos del gobierno británico, que renunció en el 2023 como protesta por las políticas del partido conservador en materia de atención de salud, dice que hay estrategias que el gobierno ha descuidado, y a las cuales debería prestar atención.
Según artículo publicado por el Times el 7 de noviembre del 2024, Dimbleby observó que la forma como el gobierno maneja la obesidad es mediante la intervención médica, incluidas inyecciones para bajar de peso; en vez de convencer a la gente de la necesidad de hacer ejercicio y consumir una dieta sana. Pidió que se les diera a las dietas malas el mismo tratamiento que se le da al tabaco en los medios de transporte y otros lugares públicos.
¿Es un objetivo realista? Lo es. Las sociedades pueden cambiar, como señaló Dimbleby ante un grupo de jóvenes, quienes se asombraron al saber que los cigarrillos eran cosa común en el subterráneo de Londres, donde fumar ha sido prohibido desde 1985. Pero lamentablemente, el tabaquismo no ha desaparecido, sino que continúa siendo una causa principal de problemas médicos. “El tabaco, la mala dieta, la falta de actividad física y el consumo nocivo de alcohol; son los principales factores de riesgo de mala salud y mortalidad en el Reino Unido” (Health.org.uk). Si bien fumar está prohibido en muchos lugares, todavía se practica, y el vapeo se ha convertido en un vicio importante, especialmente entre los jóvenes.
Los trastornos mentales suponen otro costo mayor para los empleadores y el NHS. Parece que se ha prestado escasa atención al aumento notorio de estos problemas en la nación. Un factor obvio es la soledad, que se asocia a menudo con la recurrente utilización de las redes sociales. El confinamiento durante la pandemia de la cóvid-19 exacerbó el problema, pero otra causa de fondo es la ausencia de normas y valores dentro de la sociedad, que los considera inaceptables en un mundo donde todo es válido. Esta decadencia moral empeora el estrés, no solo por la confusión que trae, sino por la exigencia de que las personas tomen decisiones sobre su vida, que no han aprendido a tomar… y mientras, carecen de fundamento sobre el cual tomarlas.
Y mientras mueren muchas personas prematuramente por enfermedades y descuido, quienes alcanzan una edad avanzada debido en gran parte a avances en la higiene en los años recientes, tienen otro problema urgente: Los centros de atención para quienes sufren trastornos relacionados con la edad, especialmente si padecen alguna forma de demencia. La demanda de personal para atender a los ancianos está aumentando notoriamente, y esto exige aun más de los recursos humanos, que ya son limitados.
El profeta Oseas lamentó: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6). Las Escrituras contienen información vital que puede aportar a todos los aspectos de la vida, pero en el Reino Unido la mayoría sigue los pasos de sus antepasados israelitas, y rechazan al Dios de Israel y el conocimiento que les ha dado. El Reino Unido en la actualidad ha venido a ser una sociedad poscristiana; Dios ya no ocupa un lugar destacado en la mente de los líderes ni de los ciudadanos. El pueblo del Reino Unido, como los israelitas en tiempos de Oseas, ha olvidado a su Dios.
Al establecer a Israel como la nación modelo cuando la sacó del cautiverio en Egipto, el Dios de Israel le dio a su pueblo instrucciones respecto de la salud, principios vitales que siguen siendo tan válidos como lo eran cuando los dictó hace más de tres milenios. La salud y bienestar de la comunidad son aspectos centrales en la vida que Dios desea para los suyos. En las páginas de las Escrituras se exponen principios sobre la cuarentena, higiene, régimen alimenticio y lo que es apropiado en materia sexual. No son ideas primitivas de un pueblo nómada, sino los medios dispuestos por el Creador para que los suyos llevaran una vida plena y feliz. Los detalles de estas instrucciones se examinan en nuestro folleto gratuito: Principios bíblicos de la salud. Solicite un ejemplar gratuito o bien puede descargarlo desde nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org. [MM]