Muchos dan enorme importancia a adquirir privilegios y poder en la vida, sin darse cuenta de que cada uno de nosotros posee el mayor privilegio de todos: ¡acceso al trono de Dios mediante la oración!
Cuando aprendemos a orar, se convierte en un gran privilegio que trae bendiciones y beneficios ¡al punto de cambiarnos la vida!